Diario de Mallorca
martes 18 de octubre de 2004


 

 

LITERATURA

  

 

"Escribir es una manera de pensar"

 

 

 

 

 


Javier Martín presenta hoy a las 20.00 horas en el Club DIARIO de MALLORCA su primera novela, ´Morir en agosto´

LOURDES DURÁN. PALMA.

Recién llegado de Almaty, antigua capital de Kazajastán, donde trabaja como canciller de la embajada española, el escritor Javier Martín se apresta para vivir estos días un rosario de citas que le harán reencontrarse con Morir en agosto, su primera novela. Hoy, a las 20.00 horas, inicia la gira en el Club DIARIO de MALLORCA, presentado por Miquel Àngel Lladó.
El homenaje a la literatura a través de una serie de escritores que le han marcado es evidente en sus páginas. El lector perspicaz verá más allá. "Me interesa mucho el cuestionamiento literario, algo que va a pasar con la literatura y que tiene que ver con la realidad, el delimitar la verdad de los hechos, de la experiencia. Hechos distintos en diferentes personajes. Me interesa vital y literariamente. En la novela se plantea constantemente la inutilidad de la escritura, pero no se dan respuestas", comenta Martín. En su caso, él escribe "porque creo que sé hacerlo y por eso tengo que hacerlo. Es razón simple. Tengo cosas que decir. Si luego publico es lógico, porque uno no escribe para sí mismo, sino para compartir".
Aún va más allá. Martín es de los que creen que "escribir es una manera de pensar". Argumenta que "no escribo tanto lo pensado, sino que en el acto de escribir, el pensamiento se va acoplando a la escritura en tanto que ésta se manifiesta como un medio de revelación".
En su novela hay una evidente mención a escritores, un "homenaje" a la literatura. Autores como Enrique Vila-Matas, Roberto Bolaño o Julio Cortázar, entre muchos otros, surgen con voz propia, no tanto como personajes, sino como interlocutores de un narrador que va desapareciendo. "No están elegidos al azar, sino que son los escritores que me interesan. Leo sus obras y pienso ¡ojalá hubiera escrito yo eso!".
El catalán Vila-Matas llega a asemejar la estructura de Morir en agosto -dividida en tres capítulos- a la de Los detectives salvajes de Bolaño. Comenta que "está amparada". Martín asiente. "Sí tiene mucho que ver. El recurso de hablar en primera persona y luego el que los personajes suplanten al autor".
Persiste "la duda necesaria" de si escribir es o no un acto inútil. De nuevo los Bartlebys de Vila-Matas. "la respuesta concierne a cada uno. No está cerrada", comenta Martín.
"Manejado" por los personajes "totalmente", el autor fue cambiando la estructura a medida que discurría la novela: "La novela empezó siendo así, una suplantación absoluta del autor por los personajes, sólo que al final pensé que no podía acabar así sino que debía evitar que quedase tan desvanecido. Opté, entonces, por buscar una penitencia que me permitiera explicar al lector lo que había detrás. Que saliera a la luz el narrador detrás de las máscaras. Desnudé la novela, mostré sus mecanismos internos".
Aunque no se desvela el final de Morir en agosto, una narración que surge del mismo planteamiento para todos los personajes, Martín explica que al final "hay un salto mortal. No se sabe quién ha escrito la novela. He girado la tuerca hasta el límite". Premiado por una recopilación de relatos, Paraguay no tiene mar, y con una novela anterior a ésta, Sociedad Anónima Shakespeare que "probablemente no publicaré", Martín asegura que "cuando empieza una novela no para, no le doy vueltas al tema cuando ya he decidido ponerme a escribir".
A su juicio, "lo más complejo al escribir es lograr mantener la coherencia y atención del lector. Mantenerte coherente y tener claro tus propósitos es complejo. Hay cambios que se resuelven al final". Martín es de los que corrigen "constantemente". Lleva un año en Kazajastán: "Cuando vuelvo a España tras estar en medio de casi nada, se agudiza mi sentido crítico, no sólo frente a España, sino a Europa en general. El nivel de bienestar alcanzado es excesivo. Es patológico e insano. No estoy contra el bienestar pero que sea tan planificado mutila la creatividad. El bienestar si se convierte en modelo necesario hace que se pierda algo".