La literatura en la época de las redes sociales 14 de enero de 2020 – Publicado en: Reseña

Una lectura de ‘Null Island’ de Javier Moreno (Candaya, 2019). Por Basilio Pujante, en Eldiario.es Murcia

 

Null Island, de Javier Moreno

¿Puede haber literatura en Facebook? Ante una pregunta tan directa y absoluta como esta se me ocurren dos respuestas opuestas, extremos en un debate que admite muchos más matices intermedios. La primera defendería no sólo la posibilidad de que ello ocurra, sino el hecho de que la web creada por Mark Zuckerberg (o por aquellos gemelos piragüistas que tan mal quedaban en la película sobre el origen de Facebook) es, al igual que el resto de redes sociales, el verdadero vehículo de la nueva literatura.

La respuesta contraria argumentaría la vigencia del libro como el único formato actual en el que el lector se acerca a la experiencia estética literaria, denostando las redes sociales como un patio de vecinos más propicio para el chamullo que para la creación artística. Dos opiniones contrapuestas que Umberto Eco definió ya hace unas décadas como integrada y apocalíptica en relación a los medios de comunicación de masas.

‘Null Island’, la nueva novela de Javier Moreno, se nos ofrece en parte como una respuesta afirmativa a esa pregunta sobre la posibilidad de que Facebook albergue textos de entidad literaria. Puede parecer paradójico que este autor tenga que usar el viejo invento de Gutenberg para pontificar sobre las bondades del de Zuckerberg. Sin embargo, se trata de algo lógico al encontrarnos en una etapa que podríamos llamar de transición entre el papel y lo digital.

Moreno (o el narrador del libro, para ser más exacto) teoriza sobre cómo la forma de escribir que muchos autores tienen en la red social acaba trasladándose hacia su obra literaria: “Quizás buena parte de las novelas que aparecen en la actualidad deban mucho de su contenido a las anotaciones (propias o ajenas) de Facebook” (pág. 172).

La novela responde a esta tendencia, ya que está repleta de una serie de agudas reflexiones sobre diversos temas (científicos y literarios en su mayoría) y que se parecen mucho a las entradas del propio perfil de Javier Moreno en Facebook. No queremos aquí caer en la tentación de identificar al narrador con el autor, el libro no pertenece al género de la autoficción (más allá de la coincidencia de que el personaje es también un escritor de mediana edad), pero creo que esta inclusión en ‘Null Island’ de numerosos “microensayos” (como son definidos en la novela) de naturaleza similar a las entradas en la red social responde a una estrategia de cuestionamiento del presente y del futuro de la literatura.

Y es que es este y no otro el tema fundamental del libro: la indagación por medio de una obra de ficción de los límites actuales y de los posibles derroteros por los que transitará la literatura en el futuro. Es por ello por lo que son tan frecuentes las referencias a las redes sociales, la principal amenaza para algunos, o el mejor aliado para sus contrarios que posee el escritor en la actualidad. Junto a las frecuentes reflexiones y a la presencia de Facebook, Google Earth, o de las aplicaciones para ligar en la trama, el autor emplea varias fotografías como paratexto: un recurso mucho más habitual en la escritura digital que en la novela tradicional.

Además, la última parte del libro, la breve ‘Null Island’, se presenta como una especie de fábula sobre cómo nos influyen las nuevas formas de comunicación; Moreno nos presenta la historia de una pareja cuya relación se establece, se desarrolla y finaliza casi exclusivamente a través de Whatsapp…

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