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Piatkun es actor de novela y envía cartas a escritores muertos. Sin Piatkun, la literatura rusa no acabaría de entenderse, suya es la culpa de que la segunda parte de Las almas muertas nunca viera la luz. Piatkun escribió con su cuerpo las páginas que le faltan a un montón de novelas decisivas, se ha tuteado con Napoleón, con Bartleby y con Pushkin. Piatkun odia a Nikolái Gógol.
Piatkun nació en Toledo, vivió en Barcelona y ahora espera en Vulturó. Piatkun tiene una relación con su madre más bien complicada y desciende de una estirpe de ciclistas heroicos. Piatkun es el único monaguillo que una vez bailó música disco. Con solo ver a una mujer, el pobre Piatkun se echa a temblar.
Piatkun se llama Franco, Franco Piatkun, o eso dice él. Todo eso dice él. Porque lo cierto es que no tenemos más que sus palabras reunidas en diez cartas, no hay más que lo que dice él… Su memoria coqueteando con el delirio, su proyecto de penetrar el misterio del plagio, su trauma de eterno secundario, su ilusión de iniciar una cuarta vida.
Con un humor que ronda la sátira y el absurdo, Robert Juan-Cantavella se adentra en los fantasmas de la locura para preguntarse hasta dónde nos arrastra la ficción cuando nos dejamos llevar por ella. Detente bala es una burla triste, una novela epistolar, la crónica de un saqueo continuado, un relato que alguien ha infectado con otros muchos relatos.
EL AUTOR: ROBERT JUAN-CANTAVELLA
Robert Juan-Cantavella (Almassora, 1976) es autor de las novelas Nadia (2018), Y el cielo era una bestia (2014), Asesino cósmico (2011), El Dorado (2008) y Otro (2001), el libro de relatos Proust Fiction (2005), el libro de poesía Los sonetos (2011), la novelita a seis manos El corazón de Julia (2011), con Óscar Gual y Riot Über Alles, y el libro de no-ficción La Realidad. Crónicas canallas (2016). Es traductor (Despentes, Énard, Littell, Pennac, Rabelais, Moebius…) y profesor. Vive en Barcelona.
Fragmento de DETENTE BALA
LO QUE SE HA DICHO SOBRE LA OBRA DE ROBERT JUAN-CANTAVELLA
«Aconsejamos al lector el uso del pack del peregrino promocionado por Robert Juan-Cantavella en su devota novela El Dorado» Juan Goytisolo, El País.
«La joven literatura española invoca a menudo la cultura popular, pero nadie se había atrevido a tanto: a un acto de amor tan sincero, puro y a la vez festivo» Jordi Costa, Cultura/s.
«Un tratado de defensa de la imaginación y de la ciencia, en su concepción primigenia y, por lo tanto, romántica, una oda al monstruo, al monstruo entendido como lo inexplicable, y a todos aquellos que alguna vez han intentado darle caza» Laura Fernández, El Mundo.
«El cielo era una bestia esta también una novela que habla de la literatura, de la función y el sin sentido de la narración, que puede ser un timo con encanto, una gincana de caprichos entrópicos y o un bestiario mágico; pero cuyo motor resulta ser el amor y su consecuencia reivindicación de una vida intensa, renacida, bestial» Nadal Suau, El Cultural, El Mundo.
«Se le puede identificar con el grupo de escritores a la cultura de masas, desde la literatura popular hasta la cultura Pulp y al periodismo Gonzo. Y al mismo tiempo mantener la distancia necesaria para ir creando su obra como una aventura solitaria” Masoliver Ródenas, La Vanguardia.
«En sus dos últimas novelas, personalísimas como todas las suyas, inmunes a las modas de la literatura española, ha añadido al núcleo habitual de investigación literaria en los subgéneros, la sátira o el absurdo fascinantes archivos excavados en bibliotecas físicas y virtuales.» Jorge Carrión, La Vanguardia.
«La narrativa de Juan-Cantavella se sitúa en el raro territorio de la escritura transgresora, antirealista y simbólica, marcada por la literatura de lo absurdo, la mixtificación argumental y cierta extravagante originalidad» Jesús Ferrer, La Razón.
«Roberto Juan-Cantavella es la voz más original de su generación, acaso la mejor» José Antonio Vila, Revista Quimera.
“El gran acierto de la escritura de Juan-Cantavella es el de torpedear cualquier atisbo de verosimilitud utilizando casi exclusivamente sujetos y situaciones sacados de la realidad, que con el filtro de su mirada se antoja extraña y desconcertante: desde el prisma de un humor caricaturesco pero sutil, esa distorsión que parece alucinada y que podría emparentarlo con Eduardo Mendoza, con el Juan Pablo Villalobos de No voy a pedirle a nadie que me crea (2016) y hasta con el Francisco Ibáñez de Mortadelo y Filemón” José Ignacio González, Revista Otra Parte.
«Robert Juan-Cantavella afila su lengua y te desvalija cualquier esperanza que puedas tener en las sociedades modernas.» Víctor Gutiérrez Sanz, La Milana Bonita.
10 CLAVES SOBRE DETENTE BALA
- Detente bala es el sexto libro de Robert Juan-Cantavella, novelista de reconocida trayectoria y una de las voces punteras de la renovación narrativa en la primera década del 2000, cuando destacaron también autores como Agustín Fernández Mallo, Javier Calvo (que le acompañará en la primera presentación de la novela), Vicente Luis Mora o Jorge Carrión. En Detente bala Robert Juan Cantavella demuestra la solidez y madurez de su proyecto narrativo: es un vasto despliegue de imaginación y creatividad, donde su interés por la cultura pop (la música de los 70, 80 y 90 es muy importante en la novela) se funde con su amplio conocimiento de la literatura universal (su trayectoria como traductor de autores como Rabelais, Littell o Despentes deja aquí su influjo).
- En diez cartas y un puñado de notas y apuntes, el personaje principal de Detente bala se comunica con un grupo de escritores muertos muy diversos (Laurence Sterne, Edgar Allan Poe, Herman Melville, Robert Louis Stevenson, Nikolai Gogol, Alexander Pushkin…) , y con un par de cineastas: Werner Herzog y Segundo de Chomón. Establece con ellos un diálogo imaginario y sin respuestas, en el que se entrelazan los libros, los personajes de ficción, los propios autores y el pasado, real o inventado, del protagonista.
- El narrador de Detente bala afirma en su delirio, que fue «actor de novela», inventándose así un insólito oficio, en el que los escritores contratan actores y actrices para escenificar sus historias y escribir a partir de esos «novelajes». Piatkun narra las novelas en las que actúa, pero también hace el relato inventado de aquellas cosas que vio en los «novelajes» y que no aparecen en el relato final. El narrador altera, modifica, reinventa las historias de numerosas novelas clásicas del siglo XIX, creando una versión paralela de la historia de la literatura occidental.
- Uno de los temas principales de Detente bala es el plagio en la literatura, en cómo se van supuestamente robando una serie de trucos, a veces motivos temáticos (la nariz desmesurada, las ratas, el muerto vivo, los caballos que hablan, el alma en el retrato…), otras de técnica literaria (la incorporación de lo ensayístico en la ficción, el personaje mítico al final…), pero la intención profunda de esta reflexión tiene que ver con el miedo que surge cuando la vida plagia a la literatura: Franco Piatkun trama un plan, y para cumplirlo plagia, con un final trágico, elementos de las novelas de las que habla en sus cartas, especialmente de El Conde de Montecristo.
- La locura es uno de los ejes de esta novela: el relato que leemos procede del protagonista y muy pronto descubrimos que es el discurso de un loco encerrado en el manicomio de Vulturó, de donde quiere escapar a toda costa. Hay algo de locura quijotesca en Franco Piatkun, cuyo delirio se mueve entre las novelas y el apocalipsis, transitando por diferentes formas del desequilibrio: el conflicto edípico, los trastrornos obesivo compulsivos, las anacronías delirantes y la desorientación temporal, la disforia de género, el trastorno de identidad disociativa, el desdoblamiento de la personalidad , la megalomanía, diferentes distorsiones perceptivas…
- Pese a que por Detente bala circulan multitud de seres (de ficción y reales), es sobre todo una novela de personaje, centrada en un ser desubicado y frágil, que vive un in crescendo hacia el delirio. Iremos descubriendo los estragos del fanatismo religioso y de una educación familiar confusa y castradora; y cómo los sucesivos fracasos en el engranaje laboral, la sobrecogedora soledad y la eterna condición de secundario (incluso en lo fantasmal, cuando se imagina actor de novela) van minando la personalidad de Franco Piatkun. Durante su estancia en Vulturó, en las cartas y a lo largo de diversas sesiones de terapia, Piatkun irá desvelando, a través de historias enloquecidas y sueños aún más bizarros, la hondura de los traumas (como el del suicidio de uno de sus amigos o su miedo a las mujeres) que marcaron su vida.
- Detente bala también es un relato sobre las relaciones de familia y la amistad, sobre la traición y la lealtad: Piatkun habla de la relación tormentosa con su madre, del vínculo con los amigos de la infancia (la primera parte tiene mucho de bildungsroman novela de iniciación), que pierde durante un tiempo y recupera en la edad adulta, y de la extraña amistad que lo une con Meuris, su vecino de encierro en el manicomio.
- Detente bala es asimismo una radiografía de la vida en los años setenta, ochenta y noventa tanto en Toledo como en la Barcelona de la periferia: la música, el miedo colectivo ante el final del milenio, la convivencia en los barrios, la vida cotidiana, el aburrimiento y la falta de confianza en el destino son parte del complejo imaginario que nutre la historia de esta novela.
- El humor, el absurdo y la exageración son elementos primordiales en las cartas de Franco Piatkun, el personaje narrador de esta novela. Una comicidad que tiene como punto de partida el disparate, el sinsentido, el cúmulo de imaginaciones desconcertantes y no exentas de melancolía, que construyen la historia del narrador y de su entorno.
- Detente bala es además la historia de un asesinato, por lo que, en su tramo final, la novela experimenta una sorprendente deriva hacia el Noir, que puede atraer a otro tipo de lectores.
DETENTE BALA, EN LA PRENSA
Piatkun sin escapalurario
Por Fernando Parra, Suplemento Artes & Letras Diario Información de Alicante, 2 de marzo de 2025
«Con una prosa burbujeante, fresca y humorística que, sin embargo, no renuncia a su corte clásico, Detente bala aborda los límites entre la locura y la ficción a través de un inolvidable letraherido que, pese a su censurable corrupción moral, no deja ser un pobre diablo desvalido cuyo escapulario no ha podido detener la bala definitiva.»
Una bala detenida en el delirio
Por Eric Gras, Posdata, El Levante Mercantil Valenciano, 2 de marzo de 2025
Juan-Cantavella nos entrega una obra que, como las mejores novelas, no solo se lee, sino que se experimenta. Es un mapa de lo absurdo, un ejercicio de funambulismo literario que nos invita a caminar por el filo entre la ficción y la realidad (…) es un viaje: un recorrido lleno de humor, locura y belleza que nos recuerda por qué seguimos escribiendo, leyendo y soñando con las historias que nos salvan y nos condenan a partes iguales.
Tres libros y tres miradas literarias castellonenses para este primer trimestre de 2025
Por Eric Gras, El Periódico Mediterráneo, 28 de febrero de 2025
“Se trata de una novela que es un laberinto de palabras, un juego de espejos donde realidad y ficción se retuercen hasta confundirse. Su protagonista, Franco Piatkun, es actor de novela, conspirador de la literatura rusa y enemigo de Nikolái Gógol. Un personaje que, a través de diez cartas, nos lleva por su memoria trastocada, sus delirios de plagio y su deseo de escribir lo que nunca se escribió”.
Robert Juan-Cantavella presenta su delirante novela Detente bala en 80 mundos
Por Redacción, Alicante Mag, 21 de febrero de 2025
En un torbellino de humor absurdo, situaciones grotescas y referencias literarias, la novela nos lleva desde un sanatorio en Vulturó hasta una guerra naval dentro de Moby Dick, pasando por episodios surrealistas como monaguillos enfrentándose al Apocalipsis en Mercabarna o un tipo convencido de que puede volar en plena diada castellera.
Robert Juan-Cantavella: «Es un torbellino de situaciones grotescas, humor absurdo y referencias literarias»
Por Nerea Adly García, La Verdad, 21 de febrero de 2025
Con un humor que ronda la sátira, el absurdo y la parodia, Robert Juan-Cantavella se adentra en los fantasmas de la locura para preguntarse ¿hasta dónde nos arrastra la ficción cuando nos dejamos llevar? ‘Detente bala’ es, al mismo tiempo, un homenaje a los libros y la lectura, una novela habitada por otras novelas, un libro sobre la imaginación como forma de evadirse del mundo que termina, siempre, llevándonos de regreso, pero transformados, heridos, al lugar de donde partimos.
Tribus culturales
Por Jorge Carrión, La Vanguardia, 19 de febrero de 2025
“Para dar forma a esa fantasía o vuelta de tuerca metaliteraria Juan-Cantavella crea el neologismo “novelaje” (el rodaje de una novela). Piatkun, el protagonista, interpreta a personajes secundarios de El corazón de las tinieblas o Alguien voló sobre el nido del cuco, entre tantas otras obras. Esas experiencias lo convierten en un lector que, tras recorrer los engranajes de decenas de ficciones literarias, puede compartir lo que ha aprendido con maestros de los últimos tres siglos en una novela tan enciclopédica como imprevisible. Y por efecto espejo: con nosotros, su tribu”.
El escritor Robert Juan-Cantavella presenta su novela Detente bala en Murcia
Por Redacción, Murcia.com, 19 de febrero de 2025
Con esta obra, Robert Juan-Cantavella ofrece una pieza audaz, delirante y profundamente humana, que marca un hito en su trayectoria literaria.
Robert Juan-Cantavella explora la locura, el plagio y la distorsión en su nueva novela, ‘Detente bala’
Por Redacción, Castellón Plaza, 18 de febrero de 2025
“En Detente bala el autor demuestra la solidez y madurez de su proyecto narrativo: es un vasto despliegue de imaginación y creatividad, donde su interés por la cultura pop (la música de los 70, 80 y 90 es muy importante en la novela) se funde con su amplio conocimiento de la literatura universal (su trayectoria como traductor de autores como Rabelais, Littell o Despentes deja aquí su influjo)”.
Robert Juan-Cantavella: Una bala detenida en el delirio
Por Eric Gras, El Periódico Mediterráneo, 16 de febrero de 2025
“Más allá de sus múltiples capas temáticas y su evidente maestría estilística, Detente bala es, sobre todo, una novela profundamente humana. Piatkun, con toda su fragilidad, sus delirios y su humor tragicómico, se revela como un personaje inolvidable, capaz de inspirar en el lector tanto risa como compasión”.
Robert Juan-Cantavella inaugura la sección [IMAGEN + PALABRAS] con la imagen de cubierta de su libro “Detente bala”
Por Robert Juan-Cantavella, Solaris, 9 de febrero de 2025
“Detrás quedaría Vulturó, el sanatorio en que pasa sus días Franco Piatkun, mi protagonista, que dedicó su vida a un oficio prácticamente invisible y muy poco reconocido: fue actor de novela. Y delante estaría él mismo, con un par de atributos que perfilan su carácter: esas orejas de loco sagrado, y ese vestidito de verano y falda corta, que cobrará sentido cuando leas, entre sus muchas aventuras y desventuras, el cacao mental que tiene el pobre Piatkun con su madre y, por extensión, alma cándida, con el mundo”.