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El tiempo de la improvisación es un libro conversacional y fragmentario, atravesado, a la manera amable de Montaigne y de los moralistas franceses, por la escritura de lo cotidiano y de la vida mínima.
Desde su apuesta, no exenta de melancolía y de juego, por un “intimismo espectacular” que reelabora sus posteos de Facebook durante dos años, Alberto Giordano, reconocido teórico de las “literaturas del yo”, construye una poética de las reconciliaciones, en la que casi todo tiene cabida: conversaciones con su hija; notas de lectura que van componiendo un mapa muy personal de la literatura argentina contemporánea (Juan José Becerra, Edgardo Cozarinsky, Sergo Chejfec, Elvio Gandolfo, Martín Kohan, Tununa Mercado, Diego Meret, María Moreno, Guillermo Saccomanno, Edgardo Scott…); deslumbramientos musicales (la pasión por el jazz casi siempre); disquisiciones ensayísticas sobre crítica y teoría literaria; memorias rescatadas de infancia y juventud, en las que se adivina a veces el temblor de los ajustes de cuentas; el registro de los paseos por Rosario, su ciudad y de unos cuantos viajes; y algunas reflexiones, perplejas y muy impactantes, sobre el duelo, la culpa, la paternidad, el poliamor, la depresión o el suicidio. Habitado por presencias diversas, ya sean escritores fundacionales como Barthes, Blanchot, Puig, Aira o Saer, o del entorno cercano del autor –Judith, la esposa; Emilia, la hija; Darío y Adriana, los amigos–, El tiempo de la improvisación es, sobre todo, un intento de “armonizar con el horizonte moral de una época” sin renunciar “a las propias inactualidades”, una tentativa que tiene también algo de pulso, crepuscular y discretamente escéptico, por la alegría.
Alberto Giordano nació en Rufino (Argentina) en 1959 y vive en Rosario desde 1971. Es profesor, crítico literario y ensayista. Entre sus libros destacan Manuel Puig, la conversación infinita (2001), Modos del ensayo. De Borges a Piglia (2005), Una posibilidad de vida. Escrituras íntimas (2006), La contraseña de los solitarios. Diarios de escritores (2013), El pensamiento de la crítica (2015), El giro autobiográfico (2020), Volver a donde nunca estuve. Algo sobre mi padre (2020), y los tres volúmenes de sus diarios, originados en posteos de Facebook: El tiempo de la convalecencia (2017), El tiempo de la improvisación (2019) y Tiempo de más (2020).
DE LA OBRA DE ALBERTO GIORDANO SE HA DICHO:
“Giordano despliega generosidad, la propensión a compartir con lectores desconocidos su vasta biblioteca de diaristas, sus lecturas cotidianas.” Página 12.
“Las anécdotas y monólogos del profesor universitario que es Giordano se destacan por su emotividad y heterogeneidad. Como un personaje de Svevo o de Bioy, el autor se sirve de Facebook para reducirlo a un barrio más, una aldea, donde construir su mitología”. La Nación, Edgard Scott.
“Las experiencias de la perplejidad y la ambigüedad recorren todo el libro, a la manera de serenas navegaciones ensayísticas y narrativas. Es tan grande la confianza de Giordano en la perplejidad que, en general, solo la abandona cuando toma franco partido por lo ambiguo”. Sergio Chejfec, Revista Otra Parte.
“Una vez concluida la lectura de El tiempo de la improvisación se puede afirmar sin temor al equívoco que la de Giordano es ya una voz entrañable dentro de la tradición literaria argentina.” Raúl A. Cuello, El diletante.
“Como una ametralladora suave, dispara recomendaciones de libros, recuerdos del pasado (las épocas de amantes con Judith, la esposa, la infancia en Resistencia), apuntes de buen guionista de sit-com cuando cita diálogos con Emilia, su insobornable hija. Creador de la idea teórica “el giro autobiográfico en la literatura argentina”, también hay citas de muchos diarios y teorías sobre la forma.” El Perfil.
“Como si el aplomo del método, el haber identificado y analizado las reglas del juego que se inventó para salir de un período de angustia –escribir de modo regular en Facebook según tres modalidades: el intimismo espectacular, la retórica del moralista improvisado y la nota de lectura– le permitieran ahora ensayar con mayor soltura los diversos registros y tonalidades que el diarista –ese personaje parecido a Alberto, aunque nunca idéntico a sí mismo– prefiere. Ahora juega con más oficio, tiene más convicción: gambetea, controla la pelota con sangre fría, hace jugada de gol ensayada y muchas veces remata al ángulo.” Juliete Yelin, Bazar Americano.
“El tiempo de la improvisación deja la idea de habernos acercado a la intimidad de alguien que ha aprendido a ser amable con su propio pesar, una sensación de suave dicha, por la gracia de la palabra.” Revista El Cocodrilo.
“Hay algo en la prosa de Giordano que me conmueve. Algo que se parece a la experiencia estética. Algo que me sacude y que aunque puedo explicarlo, prefiero no hacerlo del todo: por esa cosa del misterio que nos precede y nos resguarda. En ese universo flotan conceptos como el de «los cariños idos»; que ya la empiezo a asumir en mi propio lenguaje”. Tes Nehuén, Bestia Lectora
Fragmento de El tiempo de la improvisación
6 CLAVES SOBRE EL TIEMPO DE LA IMPROVISACIÓN
- Alberto Giordano es uno de los teóricos más reconocidos en las llamadas “literaturas del yo” o “literaturas de vida”, esa forma de escritura que va desde la anotación hasta el diario, desde la confesión hasta la conversación, y después de haber dedicado su vida al estudio de los diarios de diversos escritores, nos ofrece ahora su propio diario, compuesto y compartido de manera pública en su perfil de Facebook a lo largo de dos años: una mirada a sus reflexiones sobre la literatura, la crítica literaria, la vida familiar, las relaciones y los viajes.
- El tiempo de la improvisación es un compendio de experiencias cotidianas donde caben tanto las conversaciones familiares como las discusiones críticas o los encuentros con estudiantes y colegas universitarios: no se trata solamente de un diario de lo íntimo, sino de un diario de lo privado que se convierte en público y de lo público que se torna privado, es decir, ese camino de ida y vuelta entre la escritura y la vida, donde una influye en la otra modificando las experiencias, enriqueciendo el paisaje del recuerdo y resignificando nuestro lugar en el mundo.
- Son muchos los lugares que atraviesan este libro: la ciudad de Rosario, Argentina, donde reside el autor, pero también diversas ciudades a las que viaja, especialmente Buenos Aires y Río de Janeiro; sin embargo hay otros dos espacios de notable importancia: las librerías y las tiendas de discos: lugares donde se forjan relaciones, donde suceden hallazgos y donde se anclan experiencias y memorias que transforman de muchas maneras las vidas de quienes acuden a ellos.
- Como buen estudioso de la literatura, pero sobre todo como buen lector, Giordano visita en su diario numerosas referencias de la literatura argentina contemporánea, desde César Aira, con quien se encuentra en algunas ocasiones, hasta Guillermo Saccomanno, con quien discute la pertinencia de publicar o no la escritura íntima de los diarios. Así, de la mano del autor descubrimos nombres como Sergio Chejfec, María Moreno, Elvio Gandolfo, Tununa Mercado, Diego Meret o Juan José Becerra. Un índice riquísimo de lecturas que nos ayudará a redescubrir la literatura de un país tan vasto que a veces nos parece muy conocido pero que se nos revela como una multiplicidad de universos literarios.
- Contemporáneo de los diarios de autores como Andrés Trapiello o Ricardo Piglia, El tiempo de la improvisación es, además, una indagación sobre la propia escritura diarística, una reflexión sobre nuestra relación con la memoria, con el paso del tiempo y con el registro de nuestras experiencias; el retrato no de un individuo sino de una época, nuestra época, con la mirada perpleja de quien se deja sorprender siempre a cada momento.
- La prosa de Giordano, recorrida por el humor y el extrañamiento, ayuda a construir un libro hospitalario, donde es fácil entrar y salir en una lectura distendida, que permite la acelerada continuidad pero también la pausada interrupción. Un libro en el que cabe la posibilidad de reposar, conmocionarse y entusiasmarse conforme los relatos van llevándonos desde la infancia y la juventud hasta la paternidad y la pareja, las relaciones con los padres y con la hija, con la depresión, la culpa y la alegría de la amistad.
EL TIEMPO DE LA IMPROVISACIÓN en la prensa
Un diario contra el miedo. «El tiempo de la improvisación», de Alberto Giordano (Candaya)
Por Tes Neheuén, Bestia Lectora, septiembre 2022
“Giordano juega con el mestizaje de géneros y así como flirtea con el relato o el aforismo se adentra en el territorio del ensayo y la crítica literaria —el crítico nunca duerme— y nos ofrece no sólo excelentes críticas de libros, películas y música, sino también reflexiones sobre la importancia de abrirse de las estructuras y las convenciones institucionales a la hora de ejercer cualquier oficio, sobre todo el oficio de la crítica literaria.