La ciudad que el diablo se llevó

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Una novela sobre la supervivencia y las ruinas de nuestro tiempo  

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Candaya Narrativa  67

Diseño de la colección: Francesc Fernández

Fotografía de la portada: “Músicos callejeros en Varsovia”. 1933. Narodowe Archiwum Cyfrowe (Archivo Nacional Digital de Polonia)

Primera edición: Julio 2020 

ISBN: 978-84-15934-84-4

21×14 cm; 288 págs. 

17,00

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Después de la destrucción, ¿qué queda para volver a empezar?, se pregunta el escritor mexicano David Toscana en La ciudad que el diablo se llevó, una novela coral que hace de la imaginación un proceso de supervivencia en un país devastado por la Segunda Guerra Mundial, donde el futuro parece que no llega nunca.

Feliks, Kazimierz, Eugeniusz y Ludwick conviven con las heridas de una ciudad que no acaba de resucitar y recorren las ruinas de Varsovia como si recorrieran sus propias vidas despedazadas por la guerra: entre paseos que se adentran en los escombros, borracheras que miran al abismo, libros perdidos y reescritos interminablemente o cementerios donde germinan historias de vivos y muertos.

Junto a ellos, Olga, Marianka, las hermanas Kasia y Gosia, un barbero, un escritor y un grupo de presos comprenden que sobrevivir significa reconstruir partiendo de las ruinas y que el sentido de la existencia está en la belleza, donde sea que haya que buscarla.

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     Actividad de digitalización subvencionada por el Ministerio de Cultura y Deporte.


EL AUTOR: DAVID TOSCANA 

David Toscana (Monterrey, México, 1961). Se graduó como Ingeniero Industrial y de Sistemas. Formó parte del International Writers Program, en la Universidad de Iowa, y del Berliner Künstlerprogramm.

Es autor de Estación Tula (1995), Lontananza (1997), Santa María del Circo (1998), Duelo por Miguel Pruneda (2002), El último lector (2004, premios Antonin Artaud, Bellas Artes de Narrativa y José Fuentes Mares), El ejército iluminado (2006, Premio Casa de las Américas José María Arguedas), Los puentes de Königsberg (2009), La ciudad que el diablo se llevó (2012), Evangelia (2016) y Olegaroy (2017, premios Xavier Villaurrutia y Elena Poniatowska).


DE LA OBRA DE DAVID TOSCANA SE HA DICHO:

“David Toscana es uno de los más innovadores narradores mexicanos contemporáneos.” Eduardo Espina, El Observador. 

“Una obra que en España emparentaría de modo claro con el mejor Luis Landero, puesto que se sustenta en un mismo aliento o eje: el hiato entre realidad e irrealidad y el afán de los hombres por no resignarse a lo que son sin haber, al menos, intentado probar la suerte de lo que podrían ser; en suma: la redención en la búsqueda de lo imposible.” Ernesto Calabuig, El Cultural, El Mundo. 

 “La obra de Toscana se descubre más afín a la de clásicos mayores de Hispanoamérica que también ahondan en una percepción insistida de lo irreal: Onetti, Bioy, Piñera, Efrén y Felisberto Hernández. Quiero decir: el mundo de Toscana, como el de Daniel Sada, es La Irrealidad hispanoamericana de altos vuelos.”  Geney Beltrán Félix, Letras Libres

“David Toscana encuentra, no un equilibrio, sino una provocación a sus lectores, pues los hace a todos ellos partícipes, cómplices de su juego narrativo, los empuja suavemente a un páramo de abyecciones e incomodidades de mano del actante, de las cuales terminan formando parte irremediablemente.” Andrea Medina Razo, revista Soma.  

 “La narrativa de Toscana aborda universos que van más allá de lo que se considera “normal”, abrevando en la tradición de Cervantes, Kafka y Onetti (…) David Toscana es un escritor que desde sus primeros libros apostó por la imaginación —la suya propia y la de sus personajes— como tema, como técnica y como estrategia narrativa. A lo largo de su trayectoria ha ido afinando sus descubrimientos iniciales y explorando otros, con el fin de conseguir, a través de la novela, esa huidiza síntesis entre la sórdida realidad, la ironía más ácida, el humor espontáneo y la fantasía más desbocada.” Claudia Guillén, Revista de la UNAM.

 “David Toscana es un narrador emblemático de nuestro tiempo.” Élmer Mendoza, El Universal.

“Es digno de alabanza el manejo elegante del lenguaje sin caer en una redacción pretenciosa y pesada para el lector. Toscana logra subir al lector como el quinto tripulante en esta nave de los locos. Las preguntas existenciales, la reflexión final e incluso ese sentimiento de discordia es imposible de evadir.” Damián Soto, Sudcalifornios.

“El humor, y en específico el negro, en las novelas de Toscana es legendario (…) logra unir la gran tradición de la picaresca en español con el universo metafísico de otro checo, Franz Kafka, para imponer un nuevo adjetivo atmosférico a la literatura mexicana: toscaniano o toscanesco.” Juan José de Ávila, El Confabulario, El Universal. 


Fragmento de La ciudad que el diablo se llevó

Dossier de prensa

Portada en alta resolución

Fotografía del autor 


SIETE CLAVES SOBRE EL LIBRO

1) David Toscana es, hoy en día, uno de los maestros del panorama literario mexicano. Numerosos reconocimientos han señalado que su obra es una de las más importantes en la actualidad y lo destacan como un notable fabulador, un prosista intenso y una voz que retrata una forma diferente de ver el norte mexicano, más allá de las historias de narcotraficantes y sicarios. Su obra se centra en personajes desarraigados, solitarios, enloquecidos, que se mueven en una frágil frontera entre la realidad y la locura.

 2) En La ciudad que el diablo se llevó, Toscana visita territorios y contextos diferentes: es la historia de varios personajes que sobreviven al final de la Segunda Guerra Mundial y a los comienzos de la ocupación soviética de Varsovia: la soledad, el miedo, el hambre y la búsqueda de los restos de un pasado que no es tan lejano todavía, los unen en una serie de recorridos por la ciudad destruida: ¿qué buscan?, ¿la redención, la venganza, la supervivencia?   

 3) Contada con una prosa sencilla pero de alcance poético, esta novela de ágil lectura tiene como punto de partida un evento azaroso: cuatro hombres se salvan de ser fusilados por los nazis en los últimos días de la guerra. A partir de ahí, Feliks, que regenta una tienda de artículos provenientes de la rapiña y el expolio, Ludwik, el enterrador del pueblo, Kasimierz, un aspirante a conserje en una escuela, y Eugeniusz, un sacerdote católico cuya única labor es repartir la extremaunción entre los varsovianos, se convierten en una suerte de caterva que celebra la vida entre aventuras y borracheras sin buscar nada en especial, sino tal vez, solamente, el sueño de un destino que mucho tiempo atrás se quebró.  

 4) Con esta novela, David Toscana profundiza en los temas que han hecho grande su literatura: personajes que luchan por no caer en el olvido, la violencia cotidiana de la civilización, el alcohol que nubla el pensamiento y abre una verborrea de historias y deseos moribundos pero siempre resistentes. Estos personajes deambulan por una Varsovia convulsa, casi herida de muerte, donde encuentran las formas diversas en que un mundo roto en sus raíces se retuerce y vuelve a vivir. Esta es, sin duda, una novela sobre la resistencia de Varsovia, pero no la resistencia  durante la guerra, sino la resistencia después de la guerra.

5) Las ruinas de Varsovia son el edificio que representa las vidas de los personajes: ahí, entre los escombros, sólo quedan dos cosas: recordar lo que fue o inventar lo que pudo ser. Los personajes de La ciudad que el diablo se llevó optan por la invención, por la imaginación creativa, que los lleva desde historias de milagros practicados en mitad de una borrachera hasta la reconstrucción de la vida y muerte de un cantante tradicional judío, el rescate de un preso política en una de las prisiones del nuevo régimen o el milagro de la resurrección en una cripta del cementerio. 

 6) La ciudad que el diablo se llevó interesará al lector español no solamente porque le abre la puerta a un autor mexicano de altísimo nivel, ahora radicado en Madrid después de residir en Polonia y Portugal, sino porque el libro apela a la idea de cómo nos relacionamos con la historia, es decir, ¿en qué punto dejamos de seguir la historia de, por ejemplo, la segunda guerra mundial? Los personajes sobrevivientes no regresan a sus vidas como si nada hubiera pasado, sino que han de adaptarse a la continuidad del flujo histórico, y la obra de Toscana nos introduce en esos íntimos procesos de adaptación.

7) El humor es uno de los recursos más interesantes en la obra de David Toscana, y La ciudad que el diablo se llevó es probablemente uno de los mejores ejemplos: caminando por la ciudad, buscándose la vida, emborrachándose, estos personajes viven en un estado de ánimo que va de la tristeza a la risa en un suspiro, y que nos conduce, a nosotros como lectores, por encima de esa línea difusa que separa lo trágico de lo cómico. El humor no como un método para apartarse de la realidad, sino como una de las resultantes de esa adaptación.


La ciudad que el diablo se llevó en la prensa

Por Luis Jorge Boone. Confabulario. El Universal, 14 de noviembre de 2020

Cuando Toscana obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores 2017 y el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska se volvió patente lo que sus lectores sabíamos desde hace décadas; estamos ante una de las obras narrativas más cautivantes, divertidas e imaginativas de la historia reciente de nuestras letras. 

Reseña de La Ciudad que el diablo se llevó

Por Basilio Pujante. El Noroeste. También en el blog Lecturas iletradas, 16 de noviembre de 2020

La ciudad que el diablo se llevó es una especie de farsa, cercana a menudo al realismo mágico, donde asistimos al enterramiento de una novela que no pudo ser escrita, a la resurrección de Kazimerz tras pasar tres días encerrado en una tumba, a las caricias con la mano amputada de un antiguo amante o a una borrachera con el coñac en el que se conserva el corazón de Chopin”.

Entrevista a David Toscana a propósito de La ciudad que el diablo se llevó

Por Juan Ángel Juristo, Libros, nocturnidad y alevosía. El vuelo de Ícaro, 7 de diciembre de 2021

“A través de las vivencias y las descripciones de unos personajes -Feliks, Kazimierz, Eugeniusz y Ludwick- por las ruinas de una ciudad, donde la devastación ofrece lugar para que anide la belleza y la esperanza, Toscana despliega un cuadro de horrores donde conviven la literatura, el alcohol, el hambre… y la solidaridad: mediante la convivencia -con Olga, Marianka, Kasia y Gosia- vuelve a reconstruirse la belleza del mundo”.

El dolor y la risa

Por Manuel Marín. Pies de foto, 10 de diciembre de 2020

Y pese a tantas calamidades, late con fuerza la vida. El amor que une a los vivos y a los muertos sin distinción. El sentido del humor, también en la mejor tradición quijotesca entre lo surrealista y lo escatológico. Y por encima de todo, el poder de la palabra, la magia de contar historias, sin la que muchos personajes de esta grandiosa novela no sabrían cómo sobrevivir. Como también nos sucede a nosotros”.

Un novelista en las ruinas de Varsovia

Por Manuel Madrid, La Verdad, 23 de diciembre de 2020

“Desde que llegué a Varsovia me gustaban estas historias de exclusión, de ciudades perdidas o abandonadas. Del tema de la muerte siempre me había ocupado, pero lo que ocurrió es que esta ciudad inmediatamente empezó a dictarme una novela. Me tardé en escribirla porque uno no puede escribirla como un turista que llega a Varsovia, sino que traté de asimilar la ciudad, de recorrerla, leer historia, memorias y, poco a poco le fui dando fuerza a la trama”.

El nuevo giro copernicano sobre el horror

Por Pascual Gálvez. Limbos, 21 de diciembre de 2020

“La novela trenza un doble interés lector: el trasversal diacrónico del argumento y un diálogo entre la historia y la ficción, y el puntual y sincrónico de un estilo lleno de matices y guiños. De lo escatológico (la verruga de Ludwick operada por el barbero y “amada” por una rata, la mano amputada del amante Piotr que acaricia la espalda de la enfermera Marianka, el corazón de Chopin como copa que libar el coñac en que se conservaba desde 1849), de la burla de los sagrado (circunsiones, caballos de tiro sin pedigrí litúrgico kósher) a las divinas palabras que pueden ser las del latín de Copérnico traducido por Eugeniusz para un Kazimierz que quiere asegurarse un oficio (el de conserje en un liceo con pretensión de maestro)”

 

Paisajes después de la batalla: La ciudad que el diablo se llevó de David Toscana

Por Jesús García Cívico. El Hype, 29 de diciembre de 2020.

“La obra de Toscana está cuajada de ternura pero también de pensamiento, por eso hay una cierta filosofía de la alucinación y una suerte de entumecimiento de la moral individual y de la desaparición del decoro como correlatos de la crisis de la razón. La fragilidad de los protagonistas como moradores del mundo temporal, los diálogos universales, los tonos fronterizos aparecen como nudos de una trama leve, como estilemas muy reconocibles del escritor de Monterrey”.

 

La ciudad que el diablo se llevó. Reseña

Por Ana Doménech, Relibro, 10 de enero de 2021

Escribo Cuatro hombres recorrerán las ruinas de una ciudad (Varsovia) enlazando borracheras, aventuras, reflexiones y penalidades. Pocas veceshe encontrado en una novela cuatro antihéroes como estos. Que recuerde es la primera novela que leo que hable del «después de», centrándose en el momento en el que muchas novelas sobre la Segunda Guerra Mundial acabarían.

Una novela muy polaca y muy mexicana también

Por Jorge Larrosa, Revista Penúltima. Palimpsestos, 12 de enero de 2021

“Escribo desde el entusiasmo de haber descubierto una novela y un autor que han despertado en mí, de nuevo, el sabor inconfundible de la literatura, ese que me ha hecho disfrutar como hacía tiempo que no disfrutaba. Cada historia una sorpresa, cada página un deslumbramiento, cada párrafo un quiebro imprevisto e imprevisible. Varsovia después de la Segunda Guerra Mundial. Un enterrador que igual entierra que desentierra, un cura pecador que hace milagros, un vendedor de despojos de guerra y de saqueos, un candidato a profesor de cualquier cosa, un barbero cirujano con pata de palo, un escritor que se ha olvidado del libro que escribió”.

Relatos que embelesan el alma

Por Diego Gómez Pickering. Revista de Letras, 28 de enero de 2021.

“Esta novela es un canto a la vida, como lo son sus cuatro protagonistas, esos pobres diablos embrutecidos por el alcohol y los sueños, que navegan  hacia el Báltico por las aguas del Vístula. Esos derrotados que ganaron todas las guerras. La ciudad que el diablo se llevó es, al final, una historia de esperanza, justo el tipo de historia que necesitamos en este momento. Porque a quien ya no tiene nada que perder le queda el mundo por ganar”.

Por Laeticia Rovecchio Antón. Pliego Suelto, 29 de noviembre de 2020

Pliego Suelto conversa sobre su libro con David Toscana, novelista e ingeniero de sistemas, dotado de una singular escritura mestiza y confeso admirador de Cervantes, Calderón, Dostoievski y Onetti. 

«Crítica de ‘La ciudad que el diablo se llevó’: Varsovia después de la batalla.»
Por Ricardo Baixeras, en El Periódico, 20 octubre 2020
«Entre tanta destrucción surge la escritura de un providencial Toscana, tocado por la mano de los dioses, para interpretar de qué manera se puede resurgir como un ave fénix de un ‘presente oxidado’ por la salvación de un ‘futuro que relumbra’”.
David Toscana: “Me armé caballero armándome escritor”

Por Eduardo García Rojas, El Escobillón, 20 octubre 2020
[Entrevista] «David Toscana: Viví siete años en Polonia y este país lo siento también como mi patria. Es un pueblo del que me enamoré. Me enamoré de su cultura y de su historia. No entré en La ciudad que el diablo se llevó como un turista ocasional sino como alguien que vivió allí y que se dio cuenta que la paz recién adquirida en 1945 no había sido novelada, que la literatura sí que se había ocupado de la Guerra, el drama judío y los campos de concentración pero no de lo que sucedió cuando la ciudad y el país recuperaron la paz. Esto hizo que me hiciera muchas preguntas y que estas mismas preguntas se las plantearan los supervivientes de la novela: ¿y ahora qué?, ¿qué hacemos?, ¿somos héroes o los héroes son los muertos?»

[Entrevista]  «Aplicando una imaginación desbordante que hace saltar por los aires el drama de una atmósfera como la que se respiraba en la Varsovia de la primera mitad del siglo XX, el escritor mexicano David Toscana hizo en su novela La ciudad que el diablo se llevó un formidable homenaje a esa ciudad polaca que pareció esfumarse en la tragedia; a sus mujeres y hombres que, prisioneros de los nazis y del régimen soviético, no pudieron volver y murieron; y a todos esos seres que, tocados por una especie de locura, de libertad desatada, fueron víctimas de las atrocidades de la guerra y la posguerra, haciendo sonar el llanto y el viento, la risa y el tiempo y el amor.»
Ensoñaciones en las ruinas
Por Daniel Marchante, Bohemio de hojalata, 19 octubre 2020
«La ciudad que el diablo se llevó engloba las heridas, las ausencias, los despojos de la guerra desde la cotidianeidad de algunos de los supervivientes a uno de los conflictos bélicos más crudos del siglo XX en Europa. La convivencia entre vivos y muertos en una metrópolis que se ha convertido en necrópolis dibuja el tono de ese momento histórico en el que urge celebrar la vida.»
Por Salva Robles, en ElDiario.es, 16 octubre 2020
«La ciudad que el diablo se llevó de David Toscanaes una novela-lazo. La abres y percibes enseguida su grandeza por la capacidad que tiene de contraer vínculos y conexiones con otras literaturas, autores, libros o movimientos literarios. Pero lo hace con personalidad propia, desde una autenticidad que logra un temperamento distintivo sin que, finalmente y pese a los lazos, se parezca a nada ni a nadie. Es lo que se llama en literatura tener voz propia»
La ciudad que el diablo se llevó
«Donde hay felicidad y armonía no puede haber una novela»
Por Elizabeth López Caballero, La provincia, 18 septiembre 2020  (Foto noticia en JPG)

Elizabeth López Caballero entrevista al escritor mexicano a David Toscana, autor de ‘La ciudad que el diablo se llevó’ (Candaya, 2020), en Las Palmas GC – La Provincia.

UNA CIUDAD DE MUERTOS VIVIENTES
Por Francisco Martínez Bouzas, Brújulas y espirales, 15 septiembre 2020
«En  ‘La ciudad que el diablo se llevó’ David Toscana demuestra una vez más sus dotes de excelente fabulador, creador de historias, protagonizadas por singulares actantes. La novela recrea ese espacio fantasmagórico de la capital polaca desbastada tras la Guerra, y los primeros años de la ocupación soviética. «
La ciudad que el diablo se llevó (David Toscana)

Por Francisco H. González, Devaneos, 9 septiembre 2020
«La lectura prontamente te sume en algo parecido a la ensoñación, algo difícil de experimentar, al alcance de muy pocos orfebres de la palabra, maestros como Toscana, ejercitando aquí una prosa calisténica.»

Cuando Varsovia es una elegía

Por Fernando Parra, Diari de Tarragona y en el blog cesótodoydejéme,  7 septiembre 2020
«David Toscana ha escrito con La ciudad que el diablo se llevó (Candaya), una obra maestra, una novela destinada a perdurar en los anales literarios porque condensa en su ejecución los dos rasgos que considero esenciales para su inmortalidad: el respeto por la tradición literaria y la reformulación de esa misma tradición mediante una voz particularísima que no remeda sino que crea de nuevo cuño.»

La ciudad que el diablo se llevó, en El Ojo crítico de RNE

El ojo crítico, RNE, 26 agosto 2020
La ciudad que el diablo se llevó ambientada en la Varsovia destruida tras la II Guerra Mundial y las aventuras de cuatro supervivientes. Su autor es el escritor mexicano David Toscana y está editada en Candaya.»

El placer de la lectura, 19 agosto 2020
«La ciudad que el diablo se llevó no es una novela histórica, aunque cierta historia atraviesa sus páginas: recrea la Varsovia devastada tras la Segunda Guerra Mundial y los primeros años de ocupación soviética. Pero ante todo, es una novela sobre los que sobreviven a la catástrofe. Después de la destrucción absoluta, ¿cómo continuar con la vida?, ¿qué nos queda para volver a empezar?»

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