La buena literatura no es patrimonio exclusivo de las editoriales independientes. Hay escritores tan consolidados por su indiscutible magisterio literario que, con justicia y siguiendo el orden natural de las cosas, publican con las grandes editoriales. Desgraciadamente, junto a estos maravillosos escritores, el catálogo se nutre de otros autores mediocres pero rentables. En cambio, una editorial pequeña, precisamente porque no puede permitirse el lujo de fallar con su apuesta, nos garantiza que el cuidado en la selección de su catálogo es absoluto. Porque les va la vida en ello….»
Por Víctor Parra, en el blog cesotodoydejemefb